
Muchos de los problemas que la iglesia enfrenta internamente pudieran ser resueltos a través de la práctica del verdadero amor. Uno de los aspectos del amor que el apóstol Pablo enfatiza a los hermanos de la ciudad de Corinto es que el amor… “no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor” (1 Cor. 13:5). Mi objetivo en este breve artículo es presentar una explicación sobre la primera parte de este texto, el amor… “no hace nada indebido, no busca lo suyo”. Cualquier persona que haya estudiado la carta de 1 Corintios reconocerá que en el capítulo 13, el apóstol enfatiza la excelencia del amor y cómo éste es la solución para todos los problemas que puedan existir en la iglesia. Por ende, es muy recomendado que los miembros de la iglesia estudien diligentemente 1 Cor. 13 para una mejor comprensión del verdadero amor que Dios enfatiza en Su Palabra.
EL AMOR NO ACTÚA INDEBIDAMENTE
La palabra que el apóstol Pablo utiliza aquí para “indebido” proviene de la palabra griega ἀσχημονεῖ que según el léxico Louw y Nida, denotan el actuar desafiando las normas sociales y morales. También denota el actuar de manera vergonzosa, e indecente. El léxico Tuggy define este término como faltar al decoro o la buena educación.
La gramática de este verbo, según los léxicos, se encuentra en el tiempo presente, lo cual denota una acción continua y persistente. Esto quiere decir que el verdadero amor nunca actuará de una manera vergonzosa, indecente o desafiando las normas sociales o morales de conducta. La definición de este verbo y su gramática nos ayuda en gran manera a tener una mejor comprensión de lo que el apóstol tenía en mente cuando escribió estas palabras a nuestros hermanos de la ciudad de Corinto.
Los problemas de división (1 Cor. 1) que la iglesia de Corinto estaba experimentando pudieron haberse evitado si tan solamente los miembros de esta iglesia hubiesen tenido en cuenta que el amor no hace nada indebido, es decir, no promueve la división en el cuerpo de Cristo. La división no es vista con agrado por parte del Señor, por lo que el Cristiano debe evitarla a toda costa. Esto se puede lograr a través de la practica del amor verdadero, el cual, como ya se ha mencionado, no hace nada indebido.
Una de las definiciones de la palabra “indebido” muestra que el amor no practica cosas vergonzosas e indecentes. Los problemas de inmoralidad sexual que el apóstol menciona en el capítulo 5 pudieron haberse evitado si tan solamente las personas involucradas hubiesen tenido presente en sus vidas lo que el verdadero amor evita. Tener en cuenta que el amor no hace nada indebido puede ayudar en gran manera a mantener la iglesia del Señor libre de inmoralidad sexual. El apóstol reconoció que la fornicación era y sigue siendo un problema en la iglesia. Por esta razón enseña lo siguiente en 1 Cor. 7:2, “pero por causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido”. Tener en cuenta que el amor no hace nada indebido ayudará a los miembros a no ser culpables de fornicación. También ayudará a la iglesia a no ser culpable de agraviar o engañar a su hermano en Cristo (1 Ts. 4:6). Entender muy bien que el amor no hace nada indebido nos ayudará a tener ese amor fraternal que Dios desea los unos para con los otros (Juan 13:34-35). Con esto en mente observemos la segunda parte de nuestro pasaje, “el amor no busca lo suyo propio”.
EL AMOR NO BUSCA LO SUYO
¿Qué significa la frase “no busca lo suyo”? Creo que la respuesta es obvia y fácil de entender. Buscar lo suyo propio es simplemente ver por nuestro propio interés personal y no el de los demás. Significa promover el egoísmo en nuestras vidas. Buscar nuestro propio beneficio va en contra de lo que Pablo enseñó en nuestro pasaje bajo consideración, como también en otros pasajes que él mismo mencionó (1 Cor. 10:24, 33; 12:25; Fil. 2:3-4; Rom. 12:10). El verbo buscaζητέω se encuentra en tiempo presente lo cual denota que el verdadero amor no busca constantemente su propio beneficio, sino el de los demás. La iglesia será grandemente bendecida si sus miembros siempre buscan el beneficio de los demás, y no el de ellos mismos. El verdadero amor hace esto y mucho más.
Los problemas que existían entre los miembros judíos y gentiles respecto a no ser piedra de tropiezo el uno para con el otro (1 Cor. 8) pudieron haberse evitado si tan solamente ellos hubiesen practicado el verdadero amor que nos motiva a no buscar continuamente nuestro propio beneficio. El verdadero amor siempre nos llevará a mirar por el bienestar espiritual de nuestra familia en Cristo. Al parecer en 1 Cor. 12 había algunos miembros que estaban menospreciando a otros. Este problema también pudo haberse evitado si tan solamente ellos hubiesen practicado el verdadero amor que evita buscar su propio beneficio. Recordemos que Jesucristo es nuestro supremo ejemplo en cuanto a poner a los demás en primer lugar. Note las palabras del apóstol Pablo en 2 Cor. 8:9, “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”. Otros que fueron un ejemplo semejante fue Timoteo y Epafrodito (Fil. 2:21-30) quienes siempre buscaron el beneficio de la hermandad, y no el de ellos mismos. Dios nos ayude a nunca buscar nuestros propios intereses, sino más bien, buscar el beneficio espiritual de los demás.
El verdadero amor que Dios nos enseña a través del apóstol Pablo es lo que la iglesia del Señor de aquel tiempo necesitaba para resolver todos los problemas internos que estaba enfrentando la iglesia de Corinto. Las cosas no han cambiado en lo absoluto. Este verdadero amor que evita actuar indebidamente y no busca lo suyo es lo que la iglesia de nuestra actualidad necesita para llevar a cabo la voluntad del Señor, y a la misma vez, evitar toda clase de pecados que dividen y lastiman la obra del Señor. Por esta razón, hago un llamado a mi familia en Cristo para que nos esforcemos por practicar la clase de amor que Dios a través del apóstol Pablo nos enseña en la carta los corintios. Qué sea Dios quien nos ayude a siempre evitar en nuestras vidas el practicar cosas indebidas que puedan lastimar la iglesia del Señor por la cual Jesucristo dio Su vida en la cruz del Calvario. Sea Dios quien nos ayude a tener esa clase de amor que nos ayuda a amarnos verdaderamente donde siempre buscaremos el poner a mis hermanos en primer lugar, y yo en último. Si esto hacemos, la iglesia del Señor será fuerte y juntos podremos hacer la diferencia en el mundo donde vivimos. La iglesia del primer siglo que se muestra en el libro de los Hechos fue un gran ejemplo a seguir de esta clase de amor que debe caracterizar nuestra vida como Cristianos (cf. Hechos 2:44-47; 4:32). Finalmente, sea Dios quien nos ayude a entender perfectamente que el camino aún más excelente es siempre el amor. ¡A Dios sea la gloria siempre!
REFERENCIAS:
Alfred E. Tuggy (2003). Léxico Griego-Español del Nuevo Testamento. El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
Lipscomb, David y J.W. Shepherd (1992). Un Comentario Sobre las Epistolas del Nuevo Testamento: Primera de Corintios. Nashville, TN: The Gospel Advocate.
Louw, Johannes P. y Eugene Albert Nida (1996). Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento: Basado en dominios semánticos. Nueva York: Sociedades Bíblicas Unidas.
Thayer, Joseph Henry (1889). A Greek-English Lexicon of the NT. NY. Harper & Brothers.
William Arndt et al., (2000). A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature. Chicago: University of Chicago Press.