
INTRODUCCIÓN
El evangelio según Juan contiene 21 capítulos y 879 versículos. El propósito de este evangelio es mostrar que Jesús es el Hijo de Dios (Juan 20:30-31). El apóstol Juan desempeña un excelente trabajo siendo guiado por el Espíritu Santo para mostrar que Jesús es el Hijo de Dios. Esta frase apunta directamente a la Deidad de Jesús. Este tema de la Deidad se establece a través de varias evidencias que el apóstol presenta en su evangelio. Estas evidencias consisten en las 9 señales (2, 4, 5, 6, 9, 11, 20, 21); 5 testigos del capítulo 5; 7 “Yo soy” (6, 8, 10, 11, 14, 15), y varios pasajes que apuntan a la Deidad de Jesús (1:1; 8:58; 10:30, etc.).
Es el propósito de este breve artículo proveer una explicación de la frase “Yo soy el pan de vida”, la cual fue pronunciada por Jesús en el capítulo 6 del evangelio según Juan. Esta tarea se estará presentando en 3 puntos principales: (1) El contexto, (2) el significado y (3) su aplicación espiritual. Es mi oración que después de estudiar este artículo podamos tener un mayor aprecio por nuestro Señor Jesucristo, y que a la misma vez, nuestro aprecio se muestre a través de la obediencia a Su Palabra.
EL CONTEXTO
La mayoría de los eventos que encontramos en el capítulo 6 del evangelio según Juan se llevaron a cabo en dos lugares específicos: (1) Al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias, y (2) estando en la sinagoga en Capernaum.
La declaración “Yo soy el pan de vida” se encuentra en el capítulo 6 del evangelio según Juan. En este capítulo el apóstol muestra dos señales que apuntan a la Deidad de Jesús: (1) La alimentación de los 5,000 (1-14) y (2) Jesús camina sobre las aguas (vs. 15-21). Fue también en este contexto donde el primer “Yo soy” se menciona en la lista de 7 “Yo soy” pronunciados por Jesús.
Fue en el contexto de la alimentación de los 5,000 donde Jesús pronunció la frase “Yo soy el pan de vida” y frases similares a esta. Por ejemplo, en el v. 32, Jesús es presentado como el “verdadero pan del cielo”. En el v. 33 se presenta como “el pan de Dios”. En el v. 35 se presenta como “el pan de vida”. En el v. 41, aparece como “Yo soy el pan que descendió del cielo”. En el v. 48 se vuelve a presentar como “Yo soy el pan de vida”. El v. 50 repite la frase del v.41. En el v. 51 se presenta como “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo”. El v. 58 repite la frase del v. 41. Como podemos observar en este contexto Jesús enfatiza varias veces que Él es el pan de vida. Esto fue algo muy importante que los judíos necesitaban entender para dejar de enfocarse más en el pan físico que les acababa de proveer. Habiendo considerado el contexto de la frase bajo consideración, ahora le invito que consideremos el significado de esta frase de suma importancia.
SU SIGNIFICADO
¿Qué fue lo que Jesús quiso comunicar a los judíos cuando les dijo que Él era el pan de vida? En varias ocasiones Jesús le habló a las personas sobre grandes lecciones espirituales, pero lamentablemente, tales no las entendieron porque las interpretaban en un sentido terrenal. Por ejemplo, en el contexto de la purificación del templo, Jesús les dijo las siguientes palabras, “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (Juan 2:19). Los que escucharon estas palabras las interpretaron en un sentido terrenal (2:20), mientras que el punto de Jesús fue espiritual (2:21-22). Otro caso similar se llevó a cabo en el capítulo 4 donde Jesús hablaba con la mujer samaritana sobre el agua de vida. Ella interpretó esta agua como una común y corriente que producía vida. Este no fue el punto que Jesús quería que entendiera. Él no estaba hablando de agua como la conocemos, sino más bien, del agua espiritual que produce vida eterna y que solamente se obtiene a través de Jesús.
El capítulo 6 no es la excepción. Los judíos no entendían lo que Jesús quiso decir con el hecho de que Él era el pan de vida. Ellos pensaban de un pan literal, cuando Jesús estaba hablando de un pan espiritual.
La frase “Yo soy el pan de vida” es una que se debe interpretar desde un sentido espiritual y no terrenal. Esta frase conlleva un significado figurado y no literal. Jesús les estaba comunicando a los judíos que Él era el medio por el cual podían obtener la vida eterna. Al decir Jesús que Él es el pan de vida estaba diciendo que Él es la vida eterna. Esta vida eterna se enfatiza repetidas veces a través del capítulo 6. Por ejemplo, en el v. 33, Jesús dice que Él da vida al mundo. En el v. 40 dice que los que vean y crean en Él tendrán vida eterna y serán resucitados en el día postrero. En el v. 48 se establece que todos los que creen (obediencia) en Jesús tienen vida eterna. En el v. 50 se enseña que los que coman del pan de vida no morirán (espiritualmente). En el v. 51 Jesús dice que los que coman el pan de vida vivirán para siempre. El v. 54 repite enfáticamente la vida eterna que tienen aquellos que coman de este pan de vida. Finalmente, el v. 58 vuelve a recalcar que los que coman el pan de vida vivirán eternamente.
Todos estos pasajes nos ayudan a entender que todos los que coman el pan de vida, es decir, todos los que escuchen la Palabra de Jesús y la guarden, podrán gozar de la bendición de la vida eterna. Juan 6:63 sirve como un excelente comentario que nos ayuda a entender la frase “Yo soy el pan de vida”. Este pasaje nos dice que las palabras que Jesús les había hablado son espíritu y son vida. Por ende, en este pasaje podemos entender que todos los que escuchen las palabras de Jesús y las pongan en práctica podrán gozar de la bendición de la vida eterna. Este es el énfasis que Jesús quiso comunicar a los judíos durante Su ministerio en la tierra. Después de haber escuchado las palabras de Jesús, los judíos, en vez de aceptarlas, decidieron mejor rechazarlas (vs. 60, 66). Tales personas en realidad estaban rechazando la vida eterna que Jesús les estaba ofreciendo.
Fue el propósito de Jesús convencer y exhortar a los judíos que habían sido alimentados por Él de que se enfocarán mejor en el pan espiritual que Él podía darles, y no en el pan físico que les acababa de dar anteriormente cuando alimentó 5,000. El pan físico solamente puede satisfacer el hambre del hombre temporalmente. Sin embargo, el hambre espiritual del hombre puede ser satisfecha por siempre a través de las palabras de Jesús, las cuales son espíritu y vida.
SU APLICACIÓN
La frase “Yo soy el pan de vida” sigue teniendo fuerza a pesar de que tales palabras fueron pronunciadas aproximadamente 2,000 años atrás. El problema de el hambre espiritual sigue siendo uno que los hombres continúan enfrentando. Por ende, es importante que el hombre reconozca la necesidad que tiene de ser alimentado espiritualmente para que logre obtener la vida eterna que Jesús enfatiza repetidas veces en el capítulo 6 del evangelio de Juan. El hambre espiritual es causada por el pecado. De acuerdo con el evangelio de Juan, Jesús es la única solución al problema del pecado ya que Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Jesús es la única puerta a la salvación eterna del hombre (Juan 10:9). Él es el único camino a la vida eterna y al Padre (Juan 14:6). Si alguien desea gozar de la bendición de la vida eterna, tal persona debe comer el pan de vida que solamente Dios, a través de Jesús, puede darnos. Los que hemos comido el pan de vida podemos testificar que nuestra hambre espiritual ha sido satisfecha por medio de nuestro Señor Jesucristo. Es mi oración que todos aquellos que no han obedecido a Jesús lo puedan hacer para que gocen de la hermosa bendición del pan de vida. Jesús es, y seguirá siendo, el verdadero pan de vida. ¡Gloria a Dios por ello!
Willie A. Alvarenga