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Meditando En La Palabra # 7
Regresando A La Predicación Biblica / Back To Bible Preaching (article)
Regresando A La Predicación Bíblica
Por Willie Alvarenga
Dios, en Su infinita misericordia, ha escogido la predicación como medio para dar a conocer Su santa y divina voluntad. El apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, escribió: “Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios” (1 Corintios 1:18, LBLA).
También escribió lo siguiente: “Porque ya que en la sabiduría de Dios el mundo no conoció a Dios por medio de su propia sabiduría, agrado a Dios, mediante la necedad de la predicación, salvar a los que creen” (1 Corintios 1:21, LBLA). En estos dos pasajes podemos observar como Dios ha escogido la predicación como un medio para salvar a los que creen, esto es, al mensaje que se predica.
La predicación es una práctica que se ha practicado por muchos años. Todos aquellos hombres de fe que encontramos en la Biblia usaron el método de la predicación para dar a conocer cual fue y sigue siendo la voluntad de Dios para con la humanidad. La Biblia tiene mucho que decirnos en cuanto a la predicación. Ella nos muestra varios ejemplos de quienes proclamaron el mensaje de salvación a los hombres. Hoy en día existe una grande necesidad de hombres que usen el medio de la predicación para dar a conocer la voluntad de nuestro Padre Celestial.
Muchos están predicando la Palabra de Dios en diferentes partes del mundo. Ahora, vale la pena aclarar que no todos están predicando lo que deberían predicar. Muchos no están predicando la sana doctrina como Dios manda (Tito 2:1; 2 Timoteo 1:13; 1 Pedro 4:11). Muchos llamados predicadores, están torciendo la Palabra de Dios para sus propios beneficios (2 P. 3:16-17). Esto no debería de ser asi.
Asi que, por medio de este articulo, hago un llamado a todos los que predican la Palabra para que consideremos regresar a la Biblia en cuanto a la predicación que Dios desea que expongamos. Pero, la pregunta es, ¿Cuál es la predicación bíblica que Dios desea que prediquemos? Bueno, le animo en el nombre del Señor a que considere lo siguiente.
Si usted desea predicar como Dios quiere, entonces usted debe de…
Predicar todo el consejo de Dios – Asi es. Si usted desea predicar bíblicamente, usted necesita considerar predicar todo el consejo de Dios (Hechos 20:27; Jeremías 26:2). Aquellos que ignoran varios temas bíblicos por temor a causar problemas con la audiencia no están predicando como Dios quiere que prediquen. Muchos predicadores tienen temor de predicar todo el consejo de Dios. En lo personal, pienso que todos aquellos que no están dispuestos a predicar todo el consejo de Dios, deben de comenzar a considerar otro trabajo, pero no el de predicar en una congregación. Dios desea hombres que prediquen con valor, y no hombres cobardes que tienen miedo a lo que la gente dirá si predican todo el consejo de Dios. Muchos son los temas que no están siendo predicados desde el pulpito. Note alguno de ellos: Matrimonio y divorcio, el uso de bebidas alcohólicas (bebida social), los cigarros, las drogas, el aborto, el homosexualismo, la modestia, los falsos maestros, con sus falsas doctrinas, el pecado de las denominaciones, el infierno, etc. Estos temas no están siendo predicados hoy en día por muchos. ¿Qué es lo que esta en nuestra mente cuando dejamos estos temas en el olvido? Hermanos que predican, tomemos conciencia de lo que Dios desea y regresemos a la Biblia en cuanto a la predicación bíblica que Dios desea que prediquemos.
Predicar la Palabra de Dios – Muchos hoy en día están predicando otras cosas, menos la Palabra de Dios. Hoy en día los sermones, supuestamente bíblicos, están siendo forrados con historias, anécdotas, fabulas, muchas ilustraciones, chistes y demás cosas, menos la Biblia. Ya casi no se usa la Biblia en muchas de las predicaciones que se presentan en los pulpitos. Usted y yo debemos de recordar aquellas predicaciones bíblicas que se llevaron a cabo por aquellos hombres de fe que predicaron la Palabra de Dios. Hombres como Pedro, Pablo, Santiago, etc. Estos hombres usaron la Biblia cuando predicaron y no sus opiniones. Muchos miembros se enojan cuando el predicador usa mucha Biblia en su sermón, pero están contentos con aquellos que usan un versículo y cuentan muchos chistes en el tiempo de la predicación. Es mas, existen muchos predicadores que han criticado fuertemente a todos aquellos que usan mucha Biblia cuando predican la Palabra de Dios. Usted y yo debemos de recordar que cuando usamos la Biblia, estamos dejando que Dios hable en los sermones que estamos exponiendo. Muchos no están dejando que Dios hable. Esto no debe de ser asi. La Biblia nos exhorta a predicar solamente la Palabra de Dios (1 Pedro 4:11; Tito 2:1; 1 Reyes 22:14; Jonás 3:2). En lo personal, no estoy diciendo que las ilustraciones, anécdotas, e historias no deben de ser usadas en los sermones. No estoy diciendo esto. Lo que si estoy diciendo es que estas cosas no deben de ser todo el sermón. Necesitamos regresar a la Biblia en cuanto a predicar la Palabra de Dios, esto es, usar la Biblia cuando predicamos.
Poner en práctica lo que predica — Otro factor que nos ayudara a poder regresar a la predicación bíblica que Dios desea, es nuestra practica personal de las lecciones que predicamos. La Biblia nos exhorta a ser “hacedores de la palabra y no tan solamente oidores” (Santiago 1:22). Muchos hoy en día están predicando la Palabra de Dios, pero no están practicando lo que están predicando. Alguien dijo por allí, “Deseo ver un sermón, que oír un sermón.” Esta es una verdad que necesitamos considerar. La gente desea ver un sermón y no solo oír un sermón. Muchos somos buenos para predicar, pero no para practicar lo que predicamos. Esto debe de ser evitado por todos los que proclaman la Palabra de Dios. En lo personal, me ha tocado ver como predicadores predican en contra del adulterio, cuando ellos mismos son culpables de esta práctica pecaminosa. Muchos predican de las mentiras, cuando ellos mismos son culpables de las mentiras. Muchos predican en contra de las falsas doctrinas, cuando ellos mismos son culpables de predicar falsa doctrina. Muchos predican en contra de la fornicación, cuando ellos mismos están practicando la fornicación. Esto es triste y vergonzoso a la vez. Esta no es la clase de predicadores que Dios desea. Aquellos grandes hombres de fe que predicaron la Palabra de Dios, vivieron lo que practicaban. En Hechos capitulo 1 y verso 1, leemos lo siguiente: “El primer relato que escribí, Teofilo, trato de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar.” Este pasaje enseña claramente el orden que todos los predicadores deben de seguir. Primero hay que hacer y luego hay que enseñar. Muchos solamente quieren enseñar, pero no quieren practicar lo que enseñan. Otro pasaje que nos muestra el orden a seguir es Esdras 7:10, donde el texto dice: “Ya que Esdras había dedicado su corazón a estudiar la ley del Señor, y a practicarla, y a enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel” (LBLA). Note lo que Esdras hizo: (1) Dedicó su corazón a estudiar la ley del Señor, (2) practicarla, (3) y enseñarla. ¿Es este el orden que usted esta practicando? En realidad, este es el orden que cada uno de los que predica debería de seguir. ¿Es este el orden que estamos siguiendo? Hermanos, es mas fácil hablar, que practicar. No caigamos en el error de predicar pero no practicar lo que exponemos. Por lo tanto, con esto en mente, tomemos conciencia de lo que estamos haciendo, y preocupémonos más y más por agradar a Dios y hacer lo que El nos dice que hagamos. Regresemos a la Biblia, y prediquemos como Dios desea que lo hagamos. Recuerde que es por medio de la predicación como la gente llegara al conocimiento de la verdad. Que Dios nos ayude a poder hacer esto y todo lo que tengamos que hacer para la honra y gloria de nuestro Padre Celestial.
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Por Willie Alvarenga
En Hechos capitulo 16:25-34 aprendemos acerca de la conversión del carcelero de Filipos. Este fue un hombre quien hizo la pregunta mas importante de la historia, “¿Qué debo hacer para ser salvo?”. Esta pregunta tiene un significado eterno, ya que la respuesta a esta pregunta, y la acción por parte del ser humano, determinara donde la persona pasara el resto de la eternidad. Muchos han recibido una respuesta bíblica a esta pregunta; mientras que otros han recibido una respuesta falsa.
Hay ocasiones cuando tenemos la oportunidad de estudiar el Evangelio con personas que andan en busca de la verdad. En ocasiones estas personas nos dicen que a ellos, se les ha dicho que lo único que deben de hacer para ser salvos, es creer en Jesús. Esta doctrina es conocida como “salvación por fe solamente” [doctrina que la Biblia, en ningún aparte enseña]. Muchas de las personas con las que he tenido el privilegio de estudiar el Evangelio, me han dicho que uno de los pasajes que se les muestra para justificar esta doctrina es Hechos 16:31, donde el texto dice, “Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tu y toda tu casa.” Después de leer este pasaje, muchas veces cierran la Biblia y no siguen leyendo para ver el resto de la narrativa. Usan incorrectamente la frase “cree en el Señor Jesús y serás salvo”, y por medio de esta frase argumentan que lo único que se debe de hacer es creer en Jesús. A estas personas les decimos, “Siga leyendo” todo el pasaje que esta bajo consideración. Ya que para aprender lo que la persona debe de hacer para ser salva, se debe de considerar todo el pasaje que muestra el ejemplo de conversión.
En cuanto a la conversión del carcelero de Filipos, usted y yo aprendemos los siguientes puntos: (1) Probablemente escuchó algunas palabras de salvación cuando Pablo y Silas oraban y cantaban a la media noche, (2) este hombre hizo la pregunta, ¿Qué debo hacer para ser salvo?, (3) a este hombre se le dijo que la fe en Cristo Jesús es un requisito esencial para la salvación, (4) el texto dice que se le predico la palabra de Dios, esto es, el Evangelio de Cristo [por implicación], (5) este hombre enseguida fue bautizado, con los suyos, (6) este hombre se regocijo grandemente de haber creído en Dios.
Usted y yo podemos observar claramente lo que este hombre, y los suyos, hicieron para ser salvos. Después que la persona ha leído toda la narrativa, la persona no puede llegar a la conclusión de que la salvación es por fe solamente, sino más bien, por medio de una fe obediente a los mandamientos del Señor [oír, creer, arrepentirse, confesar y ser bautizado]. Asi que, la próxima vez que alguien le permita leer Hechos 16:30-31, no permita que la lectura termine en el verso 31, sino mas bien, siga leyendo el resto de la narrativa.